Lo que comemos afecta tanto a nuestra salud como al planeta. En los últimos años, el desarrollo económico, el crecimiento de las ciudades y el aumento de la población han cambiado la forma en la que la humanidad se alimenta, alejándose cada vez más de dietas tradicionales como la mediterránea y haciendo de la carne la protagonista, dejando de lado las frutas, las verduras, las hortalizas o las legumbres.
Como es de esperar esto está aumentando el índice de masa corporal de las personas y aumentando la diabetes tipo 2, enfermedades coronarias y algunos tipos de cáncer. Pero no sólo eso: el medio ambiente también está cambiando por nuestra nueva forma de comer. Así lo afirma un estudio publicado en la revista Nature, donde nos dicen que en el año 2050 nuestros hábitos alimenticios serán responsables de un aumento del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Podríamos hacer algo? Quienes firman el estudio sostienen que si se hicieran pequeños cambios en nuestra dieta se podría impedir la destrucción de una zona de bosques tropicales y sabanas equivalente a la mitad de Estados Unidos.
"El mayor problema actual es la producción excesiva de carne"
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