La preocupación por la salud ha sido aprovechada por la industria de la alimentación. En general, los alimentos que compramos son peores que hace unos años (más artificiales, más manipulados, más envasados, con más añadidos) y sin embargo, parece que los suplementos se han convertido en algo imprescindible para nuestra salud.
Leche, alimentos infantiles, yogures, huevos, galletas, raciones de pollo y pavo y hasta aceitunas o palitos de pescado. Todos ellos, alimentos que en alguna de sus versiones se anuncian como enriquecidos en omega-3 pero que, según un estudio publicado en la prestigiosa revista médica JAMA, no sirven para nada.
Se ha probado en distintos estudios que los suplementos de omega-3 que miles de personas consumen diariamente para, según creen ellos, prevenir el deterioro cognitivo y cardiovascular, no producen ningún efecto importante.
Existen estudios que indican que las dietas altas en omega-3 tienen un efecto protector en la función cognitiva, y se ha visto que algunos pacientes con Alzheimer presentan unos niveles bajos en uno de los componentes del omega-3, -el ácido docosahexaenoico (DHA), una parte esencial de las neuronas), lo cierto es que este efecto protector que sí se ve en la alimentación, no se observa cuando el omega-3 se obtiene a través de suplementos.
El hecho de que un patrón dietético tenga unos beneficios no significa que éstos también se vayan a dar si tomas un suplemento. Si tomas una dieta rica en omega-3 a través del pescado no será igual que tomarte el suplemento, porque te falta la materia prima.
Una dieta saludable evita caer en ciertos patrones de enfermedades.Si una persona come de todo no necesitará ningún suplemento.
Sabemos que no tienen efectos positivos, y tampoco se ha documentado que provoquen ningún daño, pero el problema sería que la persona piense que a través de ellos esté siguiendo una dieta saludable.
Hay que tener en cuenta la presión de la industria porque la realidad es que a pesar de que estos suplementos no tienen demostrada su eficacia, son muy consumidos.
El problema hoy día es que seguir una dieta saludable no da dinero a nadie, mientras que hay gente que gana muchísimo dinero no sólo con los suplementos, sino con los alimentos enriquecidos.
La cuestión se centra en que interesa muy poco a la industria que la Sanidad española tenga una perspectiva de promoción de la salud.
Por lo tanto quedémonos con lo que los estudios han podido demostrar:
- La mayor parte de los expertos que recomiendan suplementos también los venden.
- No hay estudios que demuestren que tomarlos aporte alguna ventaja ante enfermedades concretas o sobre la mortalidad.
- Hoy en día tenemos mucha más variedad de alimentos a nuestra disposición que hace décadas, aunque algunos de ellos tengan algo menos de nutrientes, el balance debería ser positivo si la dieta es variada.
-Los estudios no han encontrado pruebas de que sean efectivos, digan lo que digan su publicidad engañosa.
Dicho esto la CONCLUSIÓN sería que lo necesario no son los suplementos, sino alimentarnos bien. Y si queremos beneficiarnos de las bondades del omega-3, el mejor camino es comer pescado azul: sardina, boquerón, atún, y salmón
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