jueves, 17 de diciembre de 2015

EEUU APRUEBA EL CONSUMO HUMANO DE SALMÓN TRANSGÉNICO (Por Nazareth Romero)

¿Qué es un alimento transgénico? Se trata de organismo al que se le han introducido, mediante ingeniería genética, genes de otra especie para conseguir unas características específicas. Es decir, es un organismo cuyo ADN se ha modificado y que se destina al consumo de animales y personas.

El pasado Noviembre la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha aprobado el consumo del salmón genéticamente modificado, siendo este el primer producto animal transgénico comercializado en los Estados Unidos.
Se trata de un salmón que ha sido modificado para crecer más rápido y alcanzar un tamaño mayor y, para ello, se introducen en el animal hormonas de otros dos peces.
Sin embargo, la FDA califica a este nuevo salmón, llamado ''AquAdvantage Salmon'', como nutritivo y seguro para el consumo humano.



Frente a esta aprobación han surgido numerosos grupos de consumidores pidiendo que se especifique en el etiquetado que se trata de un producto genéticamente modificado. Pese a ello, la FDA argumenta que la ley no obliga a la empresa a colocar la advertencia en el producto y que se trata de un alimento con las mismas características organolépticas que el salmón no modificado.

No es de extrañar esta respuesta por parte de los consumidores pues son muchos los estudios que abalan las posibles consecuencias negativas del consumo de productos modificados genéticamente.
Estos productos son peligrosos tanto para el medio ambiente como para la salud. Son peligrosos para el medio ambiente porque supone aumentar el uso de productos tóxicos en la agricultura, lo que contamina a las especies tradicionales y provoca una grave pérdida en la biodiversidad.
También existe peligros para la salud humana ya que los efectos de los productos genéticamente modificados no se conocen a largo plazo y no han podido ser correctamente evaluados. Se sospecha que pueden provocar nuevas alergias, posibles tumores o hacernos resistentes a antibióticos.



Y por último, no podemos olvidar la repercusiones negativas sobre la economía. La mayoría de transgénicos están en manos de grandes multinacionales que tarde o temprano acabarán controlando la producción mundial de alimentos. Estas empresas venden las semillas de muchos de estos alimentos (a precios de oro) a agricultores locales y les prometen un gran volumen de producción. A consecuencia, ya existen casos, como en la India, de cientos de agricultores que se suicidaron tras endeudarse para adquirir estas semillas y no obtener las producciones prometidas.



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